Cuando el director le preguntó por qué estaba allí, Paul explicó, con bastante corrección, que quería volver al colegio. Era mentira, pero Paul estaba muy acostumbrado a mentir; de hecho, le parecía indispensable para salvar las desavenencias. Se pidió a sus profesores que enunciaran sus respectivos cargos contra él, lo que hicieron con tanto rencor y encono que revelaban que no se trataba de un caso corriente