Pablo Martín Sánchez

  • Elizabeth Alvarez Joséцитирует2 года назад
    Asumir, todas o casi todas las semanas, un nuevo déficit, una nueva degradación, un nuevo deterioro. Así es como yo lo veo.

    Y ya no hay nada en la columna de las ganancias.

    Un día ya no puedes correr, ni caminar, ni inclinarte, ni agacharte, ni levantarte, ni estirarte, ni encorvarte, ni darte la vuelta de un lado, ni del otro, ni hacia delante, ni hacia atrás, ni por la mañana, ni por la noche, ni nada de nada. Solo puedes conformarte, una y otra vez.

    Perder la memoria, perder los referentes, perder las palabras. Perder el equilibrio, la vista, la noción del tiempo, perder el sueño, perder el oído, perder la chaveta.

    Perder lo que te han dado, lo que te has ganado, lo que te merecías, aquello por lo que luchaste, lo que pensabas que nunca perderías.

    Readaptarse.

    Reorganizarse.

    Apañárselas.

    No darle importancia.

    No tener ya nada que perder.

    Al principio son nimiedades. Luego la cosa se acelera.

    Pues una vez que empiezan, pierden sin remisión. A carretadas.
  • Floreen Mцитирует2 года назад
    Me gustó en cuanto la vi.

    La reconocí, sí, esa es la palabra.

    Pensé: me quedo con todo.
  • Josué Osbourneцитирует6 месяцев назад
    que me sigue sorprendiendo, lo que me alucina incluso, lo que aún hoy –tras más de diez años de práctica– me deja a veces sin aliento, es la perdurabilidad de las penas infantiles. La huella ardiente, incandescente, que dejan a pesar de los años. Una huella indeleble.
  • Josué Osbourneцитирует6 месяцев назад
    Miro a mis viejos, tienen setenta, ochenta, noventa años, me cuentan recuerdos antiguos, me hablan de épocas lejanas, ancestrales, prehistóricas, sus padres murieron hace quince, veinte, treinta años, pero el dolor del niño que fueron sigue ahí. Intacto. Puedo leerlo en sus caras y escucharlo en sus voces, apreciar a simple vista cómo palpita en sus cuerpos, en sus venas. En circuito cerrado.
  • Josué Osbourneцитирует5 месяцев назад
    ¿Os habéis preguntado alguna vez cuántas veces en la vida habéis dado realmente las gracias? Unas gracias sinceras. La expresión de vuestra gratitud, de vuestro agradecimiento, de vuestra deuda
  • Yaz Arreolaцитируетв прошлом году
    Cuando me imagino vieja, realmente vieja, cuando intento proyectarme dentro de cuarenta o cincuenta años, lo que me resulta más doloroso, más insoportable, es la idea de que ya nadie me toque. La desaparición progresiva o repentina del contacto físico
  • Leyendo al mundo oficialцитируетв прошлом году
    Trabajo con las palabras y con el silencio. Con lo que no se dice
  • Aries Cruzцитирует2 года назад
    Hasta en los dramas más terribles las apariencias cuentan.
  • Marcela Osegueraцитирует2 года назад
    Soy logopeda. Trabajo con las palabras y con el silencio. Con lo que no se dice. Trabajo con la vergüenza, con los secretos, con los remordimientos. Trabajo con la ausencia, con los recuerdos que ya no están y con los que resurgen tras un nombre, una imagen, un perfume. Trabajo con el dolor de ayer y con el de hoy. Con las confidencias.

    Y con el miedo a morir.

    Forma parte de mi oficio.

    Pero lo que me sigue sorprendiendo, lo que me alucina incluso, lo que aún hoy –tras más de diez años de práctica– me deja a veces sin aliento, es la perdurabilidad de las penas infantiles. La huella ardiente, incandescente, que dejan a pesar de los años. Una huella indeleble.
  • Elizabeth Alvarez Joséцитирует2 года назад
    ¿Os habéis preguntado alguna vez cuántas veces al día dais las gracias? Gracias por la sal, por la puerta, por la información.

    Gracias por el cambio, por el pan, por el paquete de tabaco.

    Unas gracias de cortesía, de conveniencia, automáticas, mecánicas. Casi huecas.

    A veces tácitas.

    A veces demasiado enfáticas: Gracias a ti. Gracias por todo. Infinitas gracias.

    Gracias de verdad.

    Unas gracias profesionales: Gracias por su respuesta, por su atención, por su colaboración.

    ¿Os habéis preguntado alguna vez cuántas veces en la vida habéis dado realmente las gracias? Unas gracias sinceras. La expresión de vuestra gratitud, de vuestro agradecimiento, de vuestra deuda.

    ¿A quién?

    ¿Al profesor que os abrió la puerta al mundo de los libros? ¿Al joven que intervino cuando os agredieron en la calle? ¿Al médico que os salvó la vida?
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