Este libro quedó perfecto para hacer trampa en mi promesa de libros por leer este año, cortito jajajajaja.
A mí me encanta el estilo de escritura, que no sé cómo se llamará, en donde el narrador "vomita" un monólogo casi infinito de pensamientos, separando las ideas por comas y puntos y seguidos, en donde los puntos y a aparte son casi inexistentes. Me encanta porque se asemeja a cómo pensamos. Como un rap de palabras en donde no hay tiempo ni para respirar. Bueno, así está escrito este libro 🙂
Como buena ruleta rusa, desde el principio te hace esperar el terrible final, y la sensación de incertidumbre se hace todavía más agobiante por el estilo narrativo. Redondo.
Si todavía están luchando como yo, por cumplir con su cuota de libros del año y buscan algo bueno y corto, ¡este es!