Debemos trabajar duro, pero conseguir en todo momento un «equilibrio entre el trabajo y la vida». Debemos ser unas madres increíblemente atentas, pero no mamás helicóptero. Debemos asociarnos de forma igualitaria con nuestras esposas, pero seguir manteniendo nuestra masculinidad. Debemos marcar perfil en las redes sociales, pero llevar una vida auténtica. Debemos estar al día, ser buenos conversadores y tener una opinión propia sobre el vertiginoso ciclo informativo, pero sin permitir que la realidad de todo eso afecte a nuestra capacidad para llevar a cabo cualquiera de las tareas mencionadas más arriba.