Kim Hye-jin

La verdad es que pensé tanto en ella este fin de semana que quedé agotada.

Envejecer es ir dejando de hacer una por una las cosas que nos gustan.

¿Todavía quiero ser buena persona? Y ¿cómo podría convertirme ahora en buena persona para mi hija?

Así era mi hija. Sus cuerpos son blandos y suaves como una hoja tierna, pero su sangre caliente y tenaz los hará crecer

Cómo le fue? —Es esa chica—. Green aún no está y dice que va a llegar tarde.

Era solo una protesta por los despidos injustificados. Como siempre, había dos profesores además de mí, gente que nos visitaba de otras organizaciones, tres estudiantes y unos conocidos —responde mi hija.

Es una curiosidad muy burda, pero es lo mismo que se preguntaría cualquier otro. Esta chica, nacida de mí, sangre de mi sangre, es quizás la persona que siento más lejana. Alguien a quien nunca podré llegar a conocer.

Me gustaría preguntarle si eso es lo que realmente quiere: una relación en la que no pueda tener hijos, una relación vana en la que no pueda crear nada, una vida destinada a quedarse incompleta. Por eso, como una sombra, la perseguirán desprecios e insultos y tendrá que soportar el peso de la vergüenza y de la culpa.

¿De verdad quiere eso?

. Puede ser que vaya a contarle a la joven casada y a las enfermeras el chisme de que finalmente perdí la cabeza, pero no podré hacer nada, incluso si se inventa algo aún peor. Si me pongo a evitar las críticas mezquinas y las frívolas burlas no lograré hacer lo que debo hacer. Ya no me interesa. No quiero seguir haciendo lo mismo que llevo haciendo toda la vida

Envejecer es ir dejando de hacer una por una las cosas que nos gustan.