es

Marguerite Duras

  • Sophiaцитируетв прошлом месяце
    Traducción: Ana María Moix
  • Sophiaцитируетв прошлом месяце
    Tengo un rostro destruido.

    Diré más, tengo quince años y medio.
  • Sophiaцитируетв прошлом месяце
    Con frecuencia me han dicho que la causa era el sol demasiado intenso durante toda la infancia. Pero no lo he creído. También me han dicho que era el ensimismamiento en el que la miseria sume a los niños. Pero no, no es eso. Los niños-viejos del hambre endémica, sí, pero nosotros, no, no teníamos hambre, nosotros éramos niños blancos, nosotros teníamos vergüenza, nosotros vendíamos nuestros muebles, pero no teníamos hambre, nosotros teníamos un criado y comíamos, a veces, es cierto, porquerías, zancudas, caimanes, pero tales porquerías estaban cocinadas por un criado y servidas por él y a veces incluso no las queríamos, nos permitíamos el lujo de no querer comer.
  • Sophiaцитируетв прошлом месяце
    Quería matar, a mi hermano mayor, quería matarle, llegar a vencerle una vez, una sola vez y verle morir. Para quitar de delante de mi madre el objeto de su amor, ese hijo, castigarla por quererle tanto, tan mal, y sobre todo para salvar a mi hermano pequeño, mi niño, de la vida llena de vida de ese hermano mayor plantada encima de la suya, de ese velo negro ocultando el día, de la ley por él representada, por él dictada, un ser humano, y que era una ley animal, y que a cada instante de cada día de la vida de ese hermano menor sembraba el miedo en esa vida, miedo que una vez alcanzó su corazón y lo mató.
  • Sophiaцитируетв прошлом месяце
    Ahora comprendo que muy joven, a los dieciocho, a los quince años, tenía ese rostro premonitorio del que se me puso luego con el alcohol, a la mitad de mi vida. El alcohol suplió la función que no tuvo Dios, también tuvo la de matarme, la de matar. Ese rostro del alcohol llegó antes que el alcohol. El alcohol lo confirmó.
  • Sophiaцитируетв прошлом месяце
    En la tremenda corriente contemplo el último instante de mi vida. La corriente es tan fuerte que lo arrastraría todo, incluso piedras, una catedral, una ciudad.
  • Sophiaцитируетв прошлом месяце
    Eso es lo que debió ocurrir: debí probarme el sombrero, en broma, sin más, me miré en el espejo del vendedor. Y vi: bajo el sombrero de hombre, la delgadez ingrata de la silueta, ese defecto de la infancia, se convirtió en otra cosa. Dejó de ser un elemento brutal, fatal, de la naturaleza. Se convirtió, por el contrario, en una opción contradictoria de ésta, una opción del espíritu. De repente, se hizo deseable. De repente me veo como otra, como otra sería vista, fuera, puesta a disposición de todos, puesta a disposición de todas las miradas, puesta en la circulación de las ciudades, de las carreteras, del deseo.
  • Sophiaцитируетв прошлом месяце
    Así, puedo ser encantadora, a conciencia, incluso si estoy atormentada por la estocada a muerte de mi hermano. Para la muerte, una sola cómplice: mi madre.
  • Sophiaцитируетв прошлом месяце
    Me mira, dice: quizá tú te salgas de eso. Día y noche la idea fija. No se trata de que sea necesario conseguir algo, sino de que es necesario salirse de donde se está.
  • Sophiaцитируетв прошлом месяце
    Por eso, ella no lo sabe, la madre permite a su hija salir vestida de niña prostituta.
fb2epub
Перетащите файлы сюда, не более 5 за один раз