Vuelvo los ojos do contemplo, y miro
el áspero rigor con que me tratas,
de temor tiemblo, y de dolor suspiro
viendo la sinrazón con que me matas:
a veces ardo, a veces me retiro,
mas todos mis intentos desbaratas,
que solo uno no sé qué del pecho interno
promete gloria en medio deste infierno