Nacida como un puro entretenimiento, como un juego destinado a la distracción y al placer recíproco, la conversación obedecía a leyes severas que garantizaban la armonía en un plano de perfecta igualdad. Eran leyes de claridad, de mesura, de elegancia, de respeto por el amor propio ajeno. El talento para escuchar era más apreciado que el talento para hablar, y una exquisita cortesía frenaba la vehemencia e impedía el enfrentamiento verbal.
Ana Luelmoцитирует2 года назад
«Creo que te amaré durante tres meses. ¡Para mí, eso es el infinito!»
Ana Luelmoцитирует2 года назад
Ninon tenía una idea muy elevada de su «precio»; imponía, como ellas, sus condiciones y sus gustos; sin embargo, su opción de vida era diametralmente opuesta a la de las cultivadoras de la Carte de Tendre. Sustituía la religión del amor por el culto del placer, y ponía al lado de éste la amistad pura, libre de cualquier ambigüedad sentimental.