Hay que recuperar el instinto reptil, volver a la selva, relegar el lenguaje articulado y la capacidad de sostenernos sobre dos piernas: sólo así se puede parir con fundamento, olvidando la evolución, viajando millones de años al pasado. He ahí la función del dolor: noquear al neocórtex, desactivarlo, para poder sentirnos de esta forma poderosas gorilas de la selva africana