Remataba una copa de coñac cuando entró la Madre Soltera. Anoté la hora: las 22.17, zona cinco, tiempo del Este, 7 de noviembre de 1970. Los agentes temporales siempre apuntamos la fecha y la hora. Es una norma. La Madre Soltera era un hombre de veinticinco años, no más alto que yo, de cara infantil y temperamento quisquilloso.