En Chiapas, los rumores sobre la guerrilla resonaban por todos lados en la primavera de 1993 -apunta Carlos Tello.
Un secreto a voces que, sin embargo, todos los sectores de los gobiernos federal y estatal -con el propio González Garrido a la cabeza- se encargaron de encubrir: era demasiado peligroso hablar de un grupo guerrillero cuando el Congreso estadounidense estaba por aprobar la firma del Tratado de Libre Comercio. A lo largo de aquel año, el ejército federal se enfrentó en numerosas ocasiones con los guerrilleros -el combate más encarnizado se produjo en Corralchén-, e incluso localizó el centro de entrenamiento del EZLN en el ejido Las Calabazas pero, aunque la prensa nacional dio a conocer estos acontecimientos, nadie pareció concederles mayor importancia.