“Soñadora, coqueta y ardiente. Notas sobre sexismo en la literatura mexicana”,4 trazó la mejor definición que he leído sobre la discriminación con base en el sexo:
No una conjura, ni una emboscada, sino, más metódica y negociadamente, una organización. La organización deliberada, alegre, exaltada, melancólica, inclemente, tierna, paternalista de una inferioridad. No otra cosa es el sexismo, una suma ideológica que es una práctica, una técnica que es una cosmovisión.