Jorge Bucay

Reímos, lloramos, nos ensuciamos las manos, las caras, las ropas mientras nos limpiábamos el corazón, la memoria y las almas…

Quiero que me oigas sin juzgarme.
Quiero que opines sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mí sin exigirme.
Quiero que me ayudes sin intentar decidir por mí.
Quiero que me cuides sin anularme.
Quiero que me mires sin proyectar tus cosas en mí.
Quiero que me abraces sin asfixiarme.
Quiero que me animes sin empujarme.
Quiero que me sostengas sin hacerte cargo de mí.
Quiero que me protejas sin mentiras.
Quiero que te acerques sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten.
Quiero que las aceptes y no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas que HOY contás conmigo…

“Ojalá nunca seas capaz de comprender lo que siento. Ni siquiera sé quién soy. Cuando alguien pierde a sus padres, es huérfano. Cuando pierde a la pareja, es viudo. Pero ¿cómo se llama a quien pierde a un hijo? No existe tal palabra. Nadie puede definir cómo es perder un hijo…”.

Para que nuestras relaciones prosperen, es menester que las veamos de otra manera; como una serie de oportunidades para ampliar nuestra conciencia, descubrir una verdad más profunda y volvernos humanos en un sentido más pleno.

Ese es, de hecho, el sentido de la pareja.

No la salvación, sino el encuentro.

O mejor dicho, los encuentros.

Yo contigo.

Tú conmigo.

Yo conmigo.

muy diferente encarar los conflictos que surgen en una relación con la actitud de revisar “qué me pasa a mí”,

dificultades son parte integral del camino del amor. No podemos concebir una relación íntima sin conflictos.

propuesta es: Hagamos con la vida posible... lo mejor posible.

sta es, pues, la nueva propuesta, empezar a pensar la pareja desde otro lugar, desde el lugar de lo posible y no de lo ideal

Estar en pareja ayuda a nuestro crecimiento personal. A ser mejores personas, a conocernos más.