si una rata, o un ser humano, recibe con frecuencia una dosis pequeña de drogas como cocaína o heroína, que actúan en los sistemas de dopamina y en los sistemas de opioides, las drogas perderían su «fuerza». Esto es parte de lo que sucede durante la adicción: el adicto se vuelve tolerante, de modo que son necesarias mayores dosis de la droga para conseguir estar igual de «colocado». Al contrario, si le das a un animal la misma cantidad diaria de droga pero en dosis largas y no frecuentes, lo que en realidad hace la droga es «ganar» fuerza.