Sí, era un verano hermoso puesto que me estaba pareciendo eterno. Y las vi, de pronto, en la acera de enfrente del muelle. Venían de la calle de Les-Grands-Degrés. Louki me hizo una seña con el brazo. Se acercaban juntas, entre el sol y el silencio. Así es como las veo con frecuencia en sueños, a las dos, por la zona de Saint-Julien-le-Pauvre... Me parece que aquella tarde yo era feliz.