Hablar, por ejemplo, de telepatía, era considerado un poco más que una monserga de pseudo científicos disfrazados de brujos, y viceversa, y ahora resulta que sí hay enlaces de información entre partículas subatómicas, entre animales y, muy posiblemente, entre seres humanos. La tecnología ayuda, e internet está presente hasta en el último rincón de nuestro planeta, pero las bases para la transmisión de información entre un emisor y un receptor son las mismas.