Para Crutzen resulta innegable que la especie humana es la principal fuente de impacto en su ambiente. Según explica en un artículo escrito en conjunto con Christian Schwagerl, «Durante siglos los humanos se comportaron como rebeldes contra el superpoder que llamamos “Naturaleza”. No obstante, en el siglo XX, las nuevas tecnologías, los combustibles fósiles y el crecimiento acelerado de la población tuvieron por resultado una “Gran Aceleración” de nuestros poderes. Si bien de modo torpe, ahora estamos tomando el control del reino de la Naturaleza, desde el clima hasta el ADN». Lo anterior no sólo implica que los «humanos se están convirtiendo en la fuerza dominante para el cambio en la Tierra», sino que afirma finalmente la «idea religiosa y filosófica por tanto tiempo sostenida» de que «los humanos son los amos del planeta Tierra». Por consiguiente, conforme se mezclan las esferas humana, natural y moral —y, ciertamente, chocan enérgicamente—, en un marco de consolidación para entender la posición del humano en el mundo, se buscan de modo crítico nuevas sensibilidades éticas y nuevos modos de gobernanza.
Antropoceno