Entonces saca el móvil y hace una llamada. Para cuando terminamos de comprar, hay un abeto de tres metros con una sarta de luces en el salón de su piso.
Luke me dice que escoja «lo que sea que necesite un árbol», pero me niego y solo accedo a elegir el decorado una vez que admite que prefiere el azul y que los adornos de elfos son graciosos. Eso me lleva a descubrir que nunca ha visto la película navideña Elf.