Algo había desaparecido en ella, algo completamente femenino, como acontece con frecuencia cuando la mujer ha pasado por pruebas de una severidad peculiar: porque si ella es toda ternura, esto le costará la vida; y si sobreviviere á estas pruebas, entonces esa ternura ó tiene que extinguirse por completo, ó reconcentrarse tan hondamente en el corazón, que jamás se podrá mostrar de nuevo. Tal vez esto último sea lo más exacto. La que una vez fué una verdadera mujer, y ha cesado de serlo, puede á cada instante recobrar sus atributos femeninos, si solamente viene el toque mágico que efectúe la transfiguración.