Esto es, clarmente, lo que sucede con Teresa, la hermana de Tomás, tomada completamente como una servidora de los hombres, en especial de su hermano, a quien en más de una ocasión se refiere como "amo".
En "Laura en la ciudad de los santos", en algunas ocasiones se le recrimina (a sus espaldas) su afán por la lectura, un placer que a ojos de muchas y muchos, debería ser en exclusiva masculino.