Porque cuando todo te importa demasiado —cuando te importan todas las personas y todas las cosas—siempre te sentirás con derecho a estar cómodo y feliz en cualquier circunstancia; sentirás que todo debe ser exactamente y de la maldita forma en la que tú lo quieres. Esto es una enfermedad. Y te comerá vivo. Verás cada adversidad como una injusticia, cada reto como un fracaso, cada inconveniente como una ofensa personal, cada diferencia de opinión como una traición. Quedarás confinado a tu pequeño y ridículo infierno; arderás entre las llamas de tu derecho a ser feliz y de tu fanfarronería; darás vueltas como hámster en tu maldito círculo vicioso del sobreanálisis,