Cuando el hijo alcanza la edad adulta, le dice a los padres: «He recibido mucho, y es suficiente. Ahora me lo llevo a mi vida». Así, el hijo se sabe satisfecho y rico. Y aún añade: «El resto lo hago yo mismo». También esta es una frase bella: le da autonomía. Después, el hijo aún le dice a los padres: «Y ahora os dejo en paz». De esta forma se desliga de sus padres y, a pesar de todo, sigue teniéndolos, y los padres siguen teniendo al hijo.