Nina Varela

que quería decir que los humanos poseían algo parecido a un poder especial. El amor: una linterna que ilumina sus corazones; el hambre: un calor líquido en sus barrigas; las almas: pozos oscuros en sus ojos.

Una tenía punta de hierro, otra de plata y otra de hueso. Hierro para la fuerza y el poder. Plata para la prosperidad. Hueso para la unión de dos cuerpos en uno.

La justicia era un dios, y Ayla no creía en esas tonterías.

Ella creía en la sangre.