En cada edificio se agolpaban casi cien viviendas, pero la mayoría de los habitantes ni siquiera les habían visto la cara a sus vecinos. La única prueba de que allí vivía gente llegaba por la noche, cuando se iluminaban las ventanas.
Silvia Arenasцитирует2 года назад
A los diecisiete años Tomoko no sabía lo que era el auténtico terror. Pero sí sabía que hay miedos que crecen solos en la imaginación.
Silvia Arenasцитирует2 года назад
De haber cogido el metro a casa, sin embargo, es casi seguro que no se habría establecido ninguna conexión entre ciertos dos incidentes. Por supuesto, las historias siempre empiezan con esta clase de coincidencias.