Quiero casarme contigo, Malda, porque te quiero, porque eres fuerte y hermosa, porque eres salvaje y dulce, fragante y escurridiza, como las flores que te gustan. Porque eres una gran artista a tu manera, viendo la belleza y regalándosela a otros. Te quiero por todo esto, porque eres racional, moral y amistosa…, ¡pese a tu cocina!