Tan de prisa han caído las semillas
que abigarradas, topándose entre sí,
desconocen la luz del movimiento.
Descendieron de golpe,
apretadas dentro de un mismo surco,
y secreto sueño sumergido están viviendo.
Disgréguelas tu voz, hágalas fuerza,
aleluya de brotes en la tierra,
y no este espantado coro de los hombres sin tiempo
que ni son ni perecen
y en cambio se maldicen