Un pañuelo es universal (vale para todo): para los mocos, para la sangre de la nariz, para una herida en una mano, un codo o una rodilla, para llorar o para morderlo y así reprimir el llanto. Un pañuelo mojado y frío en la frente alivia el dolor de cabeza. Con cuatro nudos en las puntas te protege la cabeza de una insolación o de la lluvia. Cuando querías acordarte de algo, hacías un nudo en el pañuelo. Para llevar bolsas pesadas, te envolvías la mano en él.