Qué raíces arraigan, qué ramerío crece
de este pétreo cascajo? Hijo de hombre,
no lo puedes decir o adivinar, pues tan sólo conoces
un montonal de imágenes rotas donde el sol bate,
y el árbol muerto ya no da cobijo, ni los grillos consuelo,
ni la piedra reseca el sonido del agua.
T. S. ELIOT