sin embargo, cuando volvió a sentir la húmeda calidez de los labios de Sebastian, fue en la punta de la nariz, luego en la mejilla derecha, en la izquierda, en los párpados, en la frente, en el mentón… Él estaba dejando un reguero de besos por todo su rostro y, aunque no podía verlo, sentía sus labios curvados con una sonrisa. Recibió un último beso en los labios y ella también sonrió. Abrió los ojos con lentitud y se encontró que su cara estaba entre las manos de Sebastian, descubrió que él la miraba con fijeza, de la forma más posesiva y dulce posible.