Carlos Oliveira

­mente en el ámbito del coaching. Trata acerca del águila, de la que se dice que es una de las aves más longevas. Puede llegar a vivir setenta años, pero para alcanzar esa edad, al llegar a los cuarenta tiene que hacer una drástica elección. A los cuarenta, su cuerpo se avejenta: sus garras han perdido su poder y ya no logran agarrar las presas al vuelo; su pico, ahora más curvo, no sirve para rasgar la carne de sus pre

presas; sus alas, cada vez más pesadas, le impiden volar. Sin embargo, posee una magnífica capacidad de transformación, aunque es terriblemente dolorosa. Durante un proceso que dura medio año, el ave se refugia en un nido en lo alto de una montaña. Allí golpea su pico contra una pared hasta arrancárselo. De la herida emergerá un nuevo pico, más fuerte. Con él se deshará de sus viejas garras y del pesado plumaje. Semanas después, le crecerán uñas más afiladas y firmes, plumas más estilizadas y ligeras. Algunas de las águilas que deciden seguir este camino perecen, pero la mayoría renacen y viven treinta años más. Las que evitan el proceso sucumben irremediablemente.

Muchas transformaciones se producen a partir de episodios dolorosos de nuestra vida, pero no tiene por qué ser así. Puede que simplemente haya aspectos de tu vida que quieras cambiar, facetas que quieras mejorar. Ser más feliz, ser tú mismo, sin más pretensiones. ¿Siempre has querido tocar la guitarra y nunca lo has hecho? ¿Qué te lo impide? ¿De verdad no puedes hacer nada para conseguir una o dos horas libres a la semana para tomar unas clases? ¿Quieres ponerte en forma? ¿Qué es lo que te atrapa en el sofá? ¿Estás seguro de que no tienes tiempo para hacer quince minutos diarios de ejercicios en casa?