Recientemente descubrí que me encantan los libros de viajes. Sí había leído uno que otro antes pero no me había dado cuenta que realmente me encantan.
Más allá de los destinos, Aniko le pone palabras a las emociones y los sentimientos que tenemos cuando el viaje sale de un período de 15 o 30 días de vacaciones y simplemente viajas como un estilo de vida.
Como todo en la vida, en la teoría se ve hermoso pero todo viene con sus pros y sus contras. Al punto de sentir la necesidad de establecerse en un lugar y no moverte más por un tiempo. He estado ahí, y creo que por eso me sentí muy identificada con el libro.
Es un libro fresco, fácil de leer, anecdótico y muchas veces divertido.