convertirnos en ejecutivas de marketing y cambiar el mundo de la publicidad para siempre. Al menos eso era lo que ambas pensábamos en aquel momento de nuestras vidas, en el que creíamos que teníamos al alcance todas las opciones laborales.
—Estás estupenda, fantástica, guapísima —dije tratando de sonar convincente. Quería salir de casa de una vez por todas. Nos esperaban chicos guapos y baile hasta el amanecer.
—¿De verdad que estoy bien con estos vaqueros? ¿No me hacen el culo gordo? —Paula no paraba de dar vueltas