Elena Vilallonga

El nudo materno nos enseña que ser madre es lo mejor del mundo y es también lo peor; que ser madre es tener un poder omnímodo sobre otro y es también ser esclava de ese otro; que ser madre es una identidad que te devora hasta el punto de no poder ser otra cosa y es también (dolorosamente) compatible con seguir siendo hija y otras muchas cosas más.

Cada vez más necesitaba tener amigas mujeres con quienes poder hablar sobre el conflicto que genera la maternidad, es decir, el conflicto de mi vida. Y, aunque me entristecía alejarme de James en este aspecto, me hacía más fuerte sin él

Solo cuando James y yo estábamos sin Benjamin, nuestro amor recobraba sentido y éramos capaces de reconocer nuestra mutua elección, una elección que podíamos anular o reafirmar, y yo estaba segura de que lo amaba; entonces fui consciente de que, si me entregaba enteramente a la maternidad, tarde o temprano acabaría dejándolo