El día refresca hacia el atardecer…
Bebe el calor de mi mano,
mi mano tiene la misma sangre que la primavera.
Toma mi mano, mi pálido brazo,
toma el deseo de mis hombros menudos…
Sería asombroso sentir,
una sola noche, una noche como ésta,
el peso de tu cabeza contra mi pecho.