Luego estaba el resto de estudiantes femeninas. Intensas de un modo completamente distinto. Atrevidas, difíciles, «agitanadas» (es decir, judías de Nueva York), con una inteligencia desarrollada y no sutil, una sensibilidad agresiva y no recatada, unos modales sorprendentes por su excesiva franqueza, sin gracia ni modestia, desconcertantes. Estas mujeres no se enamoraban de Mark, que se sentaba a su lado en Introducción a la Literatura Medieval. Estudiaban con él, debatían con él, a veces hasta se acostaban con él, pero no se casaban con él. N