camiseta gris oscura cubría holgadamente su cintura, pero era más
ajustado en el pecho y los brazos y mis ojos ardían cuando me di cuenta
que no parpadeaba.
¿Y cuando él me guiñó un ojo? Mierda.
Mantuve la boca cerrada antes de empezar a babear.
¿Quién es esta chica? ¡Cada maldito día lo quiero más! Se supone que
debería estar cansada de él. Aburrida. ¿No es así como funcionan las
relaciones? ¿Empezamos a discutir sobre nuestros caprichos?
Pero no. Era como un pequeño cachorro estúpido todavía jadeando
sobre mi novio después de cinco meses. Me lo comía con los ojos.
Fantaseaba con él. Y el pequeño bastardo lo sabía también.