Cuando eres una sirvienta y solo tienes cinco años, duermes en el suelo, en la oscuridad, y si las señoras de la casa son amables contigo, te dejan dormir cerca de su cama. Es para hacerles compañía, para contarles una historia o ir por un vaso de agua si arremete la sed. Para ti es protección. Para ti es una vida, un lugar en el mundo. Para ti es estatus —se te ha dado una función