Solía pensar que la vida era como un libro en el que uno pasa la primera página y entonces viene la siguiente, y luego la siguiente, y uno sigue pasando páginas hasta llegar a la última. Pero la vida no tiene nada que ver con las historias que se cuentan en los libros. Puede que contenga palabras y que las páginas estén numeradas, pero carece de argumento. Aunque haya un final, nunca termina.