Es creativo, iluminado, advierte las necesidades de la sociedad y las satisface, se adelanta a los cambios, se sobrepone al desaliento, no le teme a la fatiga, es voluntarioso y al temor lo conjura con osadía y entereza. Y precisamente, en esta suma de virtudes podría estar su debilidad: las capacidades y talentos se desarrollan únicamente mediante el estudio y el empeño metódico, concentrado y perseverante, que no se transfieren a los hijos, por el hecho simple de la procreación y el nacimiento. Los talentos hay que desarrollarlos y a mayor abundamiento de ellos, mayores sacrificios.