Resulta difícil no empezar a olvidar de inmediato que el estudio de campo consiste fundamentalmente en un aburrimiento, una soledad y una desintegración mental y física intensos. Sobre tu memoria desciende una neblina dorada, los salvajes se vuelven más nobles, el ritual más impresionante, el pasado se reestructura para conducir inexorablemente a algún gran propósito del presente.