Reconozco que fui injusto con esta novela, la dejé al poco de empezada y regresé a ella por un impulso, no me arrepiento, pero tampoco creo que haya sido especialmente acertado, pero vamos poco a poco:
Estamos en Madrid en el año 1935. Catalina Skalo es una joven cuya vida transcurre entre fiestas, tertulias en los cafés y carteleras de cine en el carro de La Paca, se escapaba de su vida hasta que la tragedia la encerró, viéndose obligada a buscar su lugar en el mundo se encuentra con una amiga de la infancia y con Manuel Bartolomé Cossío, ambos, definirán su destino irremediablemente con las Misiones Pedagógicas; estas misiones llevan la cultura a un pueblito en el que la cultura es inaccesible para sus habitantes, ahí, se aloja en la humilde casa de los Salazar, lugar donde Cati (ya no Catalina, “Cati era otra cosa. Cati lloraba en un tocón de roble a plena luz del día, Catalina no lo hubiera hecho nunca, pensó. Cati podría colgarse con él cabeza abajo y se balancearían juntos.”) iniciará una relación con los miembros de la familia: Paciana, una viuda curtida en la venganza; su hijo, Fabián, apodado el Murciélago, y su hermano, Jeremías, un hombre maldito, por quien sentirá un amor inesperado.
Si te dejo la reseña con esas anotaciones no es para quemar el libro, es para que te des una idea aproximada de lo que vas a encontrar, es un libro que, si está muy bien escrito pero que en la historia me dejó un sinsabor de boca, empezando por La Paca, personaje totalmente desperdiciado y muy bello, y siguiendo por la línea argumental, de repente se viste de thriller y se quita el antifaz muy rápidamente. Otro punto en contra es la portada, es un libro romántico, pero la portada es horrible como el romance entre ambos, imposible, improbable y completamente desproporcionado, siento que quizá es la forma, no el fondo.
Esta novela obtuvo el Premio Azorín de Novela 2024, concedido por el siguiente jurado: Juan de Dios Navarro, Juan Eslava Galán, Luz Gabás, Reyes Calderón, Rafael Poveda, Luis Belda, Belén López Celada y Amparo Koninckx Frasquet, secretaria general de la Diputación Provincial, que actuará como secretaria sin voto.