Luisgé Martín

«Es posible que a veces continuemos viviendo junto a una persona por miedo a destruir el pasado y no por el deseo de construir a su lado el porvenir»,

que cuando vivimos de un modo estamos dejando de vivir de otros modos diferente

Hay cosas que sólo deberían poder lograrse cuando se desean por primera vez –me dijo con la voz ronca, llena de astillas–. Seguir deseándolas después es una desgracia. Es sobre todo un espejismo.

No soy feliz, pero ahora al menos sé que no podré serlo», me escribió en una carta enviada en la Navidad de 2011. «No hay incertidumbre, y eso, a mi juicio, es una forma de felicidad.»

La vida es un acto absurdo, una ciénaga de mierda, una tierra movediza que nunca es capaz de sostener nuestro propio peso, pero aprendemos enseguida a recubrirla de épica y de leyenda para hacer acopio de justificaciones que nos mantengan en pie

Después de citar a Epicuro, quien sostenía que «no elegimos cualquier placer» y que «no todo dolor ha de ser evitado», Schmid explica que «la felicidad no surge de resaltar y admitir solo una parte de la vida, la parte agradable, placentera y “positiva”.

–Me gusta la gente fracasada. ¿A vos no te pasa lo mismo?
Él se quedó meditando en aquella singular afirmación.
–El triunfo –prosiguió– tiene siempre algo de vulgar y de horrible.
Se quedó luego un momento en silencio y al cabo agregó:
–¡Lo que sería este país si todo el mundo triunfase! No quiero ni pensarlo. Nos salva un poco el fracaso de tanta gente.

Es decir, sus hormonas o sus transmisores límbicos son más fecundadores: el macho prefiere copular con dos ratas diferentes y la hembra prefiere casi siempre copular dos veces con el mismo macho. Ahí está la marca biológica de la especie. Ahí están todas las teorías del amor resumidas.

Empezó a atormentarme algo más perdurable que el dolor: el miedo a no saber las razones verdaderas por las que una persona se acercaba a mí; el miedo a no ser capaz de comprender el sentido de los afectos o de los rendimientos sentimentales.

La fealdad es una desgracia. La belleza también.