Resumo en una frase la idea de este capítulo: para decir NO es necesario primero decir Sí. Sólo cuando sé de qué se trata la cosa en cuestión, puedo negar en forma consciente lo que se me propone.
Desde que nacemos nuestra vida se expande. La familia y la sociedad en general se encargan de que incorporemos determinados conocimientos, es el momento en que sólo poseemos una respuesta: sí.
sí a las costumbres, sí a aquello que desconozco, sí a los miedos, sí a los deseos.
Un día ocurre que comenzamos a darnos cuenta de que muchas de estas creencias acumuladas nos estorban para la construcción de lo propio. Empezamos entonces a sacudirnos esas cosas que se encuentran adheridas a nuestro ser, descubrimos la palabra NO. Decimos NO a todo aquello que en algún momento afirmamos. éste es el momento que Lao Tzu llama contracción.