Jean Cocteau fue un poeta, dramaturgo, novelista, diseñador, director de cine y artista plástico francés. Se le considera una de las figuras más destacadas de los movimientos surrealista, vanguardista y dadaísta de principios del siglo XX. Conocido por su innovador trabajo en diversas disciplinas artísticas, The National Observer describió a Cocteau como el artista que «más se acercó a ser un hombre del Renacimiento» de su generación.
Jean Maurice Eugène Clément Cocteau nació el 5 de julio de 1889 en Maisons-Laffitte, Yvelines. Creció en el seno de una importante familia parisina. Su padre, abogado y pintor aficionado, se suicidó trágicamente cuando Cocteau tenía solo nueve años.
Jean Maurice estudió en el Liceo Condorcet de París, pero se marchó de casa a los quince años. A los diecinueve años publicó su primer libro de poemas, La lámpara de Aladino. A los veintidós, ya tenía una reputación en los círculos artísticos parisinos como «El Príncipe Frívolo», título de una de sus primeras obras.
Se relacionó con destacados artistas y escritores de la época, como Marcel Proust, André Gide y Maurice Barrès. Su colaboración con los Ballets Rusos dio lugar a la creación de Le Dieu bleu en 1912, con los bailarines Tamara Karsavina y Vaslav Nijinsky.
Durante la Primera Guerra Mundial, Cocteau trabajó como conductor de ambulancias para la Cruz Roja, época en la que conoció a figuras influyentes como Guillaume Apollinaire y Pablo Picasso. Estas conexiones impulsaron su trabajo en Parade (1917), un ballet producido por Sergei Diaghilev con decorados de Picasso y música de Erik Satie.
Uno de los logros literarios más notables de Cocteau fue su novela Les Enfants Terribles (1929), escrita durante su lucha contra la adicción al opio. La novela, que cuenta la historia de un hermano y una hermana que viven en un mundo creado por ellos mismos, sigue siendo una obra definitoria de su carrera. En el teatro, La voz humana (1930), un monólogo en un acto, y Les Parents Terribles (1938), un oscuro drama familiar, fueron aclamadas por la crítica.
Su adaptación del mito de Edipo, La Machine Infernale (1934), suele considerarse su obra teatral más significativa.
La influencia de Cocteau en el cine comenzó con su primera película, La sangre de un poeta (1930), que mostraba su estilo surrealista y el uso imaginativo de la metáfora visual. Su película La bella y la bestia (1946) es un hito en la adaptación cinematográfica, alabada por sus innovadores efectos visuales y su narración poética: la Trilogía Órfica, que incluye Orfeo (1950) y El testamento de Orfeo (1960).
Jean Cocteau murió el 11 de octubre de 1963, a los 74 años de edad, en su castillo de Milly-la-Forêt, en Essonne (Francia). Según sus deseos, Cocteau fue enterrado bajo el suelo de la Chapelle Saint-Blaise des Simples de Milly-la-Forêt. El epitafio de su lápida reza: «Je reste avec vous» («Sigo con vosotros»). Su muerte se produjo justo un día después del fallecimiento de su íntima amiga, la cantante francesa Édith Piaf.