Cuando llegamos a la edad adulta, es hora de ser realistas, obtener una educación y conseguir un trabajo. He hecho todas esas cosas, y aunque no me arrepiento de nada, sé que, si hubiera seguido asustado y no hubiera seguido mi camino, un día sentiría el mayor arrepentimiento de todos: llegaría al final de mi vida y me daría cuenta de que hice muy poco para cambiarla.