TANTO SE QUEDARON SOLOS,
tanto sin una palabra,
en tal desamor, que merecen un milagro:
un rayo desde una nube alta, convertirse en piedra.
Dos millones de ejemplares de la mitología griega
y no hay salvación para ella ni tampoco para él.
Si cuando menos alguien estuviera de pie junto a la puerta,
si cualquier cosa apareciera, cuando menos un momento,
y desapareciera:
algo triste, optimista, de donde sea, de ningún lado,
que provocara risa o miedo.
Pero no va a pasar nada. Ninguna espontánea
improbabilidad. Como en un drama burgués,
será una separación correcta hasta el final,
no honrada ni siquiera por un hoyo en el cielo.