Es interesante que son cuentos de terror en general bastante predecibles pero a la vez, muy femeninos, en el sentido de los temas y relaciones que explora. No son cuentos que generen miedo, pero es justo a través de lo sobrenatural que la autora explora temas como la intuición, el temor a confiar en la propia percepción en tiempos donde a las mujeres se les podría descalificar por ello, las relaciones afectivas entre mujeres (ya sea como amigas, hermanas, hijas, etc.) e incluso en algún momento hasta los comportamientos y traumas heredados. En ese sentido definitivamente me parece un libro incluso adelantado a sus tiempos. Aunque en una búsqueda rápida encontré que la autora fue de las primeras feministas y que estos cuentos de terror eran como su "side hustle" y ni siquiera eran sus trabajos más leídos (según la misma introducción del libro); pero justamente por eso me parece genial cómo plasma la sensibilidad femenina y esas inquietudes emocionales a través de historias de fantasmas.
Mis historias favoritas fueron "Luella Miller", "La habitación sudoeste" y "El fantasma perdido".
Para mí gusto, muy recomendable pero considerando que, como se comenta en otras reseñas, para nosotras lectoras de hoy, no causarían tanto "miedo" como tal.