Los Crónicos se subdividen en Ambulantes que, como yo, aún pueden andar solos si se les alimenta, en Rodantes y en Vegetales. En realidad, los Crónicos –o la mayoría de nosotros– son máquinas con fallos sin reparación posible, fallos de origen, o fallos que han ido formándose a lo largo de tantos años de darse con la cabeza contra obstáculos impenetrables hasta que cuando el hospital da con el tipo en cuestión este solo es un montón de chatarra abandonada en un erial.