puedo soportarlo más», decía. No sé a qué se refería exactamente. Entonces salió al jardín y se pegó un tiro. Así descubrí qué clase de vecinos tenía. Puede recorrer el mundo pero en ninguna parte encontrará vecinos tan considerados como los de Bullet Park. En cuanto supieron lo que había hecho mi esposo, vinieron a consolarme. Serían diez o doce, y nos bebimos una copa, y fueron tan considerados que por un rato olvidé lo que había sucedido. Éste es el living. Seis por diez. Hemos tenido hasta cincuenta invitados en un cóctel, y nadie sentía que hubiese demasiada gente. Si le gusta la alfombra, se la dejo a mitad de precio. Es de lana pura. Si su esposa quiere las cortinas, también podemos arreglarlo. ¿Tiene hijas? El hall de entrada es el lugar perfecto