Era algo que él merecía: con su muerte él vislumbraría lo importante que ella había sido para él, los años que ella había estado a su servicio. Quería tanto morirse, desde hacía tantos años, y sin embargo nada parecía deteriorarse más que su cuerpo. Un deterioro que no la llevaba a ninguna parte. ¿Por qué no se lo decían? Quería que se lo dijeran. Quería tanto que fuera verdad.